El legado de la villa de las telas

Anne Jacobs  | AUTOR
Plaza & Janés | EDITORIAL
555 | PÁGINAS

Augsburgo, 1920. El estado de ánimo en la villa es optimista respecto al futuro. Paul Melzer ha regresado del frente y toma las riendas de la fábrica decidido a que el negocio familiar recupere su antiguo esplendor. Las cosas van bien incluso para su hermana Elizabeth, que regresa a casa ilusionada con un nuevo amor. Pero «felices para siempre» puede estar aún lejos para los Melzer. Marie, la joven esposa de Paul, quiere cumplir un viejo sueño: tener su propio taller de moda. A pesar de que sus modelos y sus diseños gozan de éxito, su alegría se ve empañada por las constantes discusiones con su marido. Incapaz de soportarlo más, Marie, la mujer que mantuvo a flote la fábrica, la villa y a toda la familia cuando más la necesitaron, toma una dura decisión y abandona la mansión junto a sus hijos.

Reseña

El legado de la Villa de las Telas es la última novela de la trilogía iniciada por La Villa de las Telas y seguida por Las Hijas de la Villa de las telas en la que se nos cuenta la historia de una familia adinera de Augsburgo. Se trata de una historia narrada tomando como guía los hechos acontecidos durante las primeras décadas del siglo XX. 
Os dejo por aquí el enlace a la reseña del primer libro: Ver reseña

Alerta de spoilers del segundo y tercer libro a continuación.

En su segunda entrega, Las Hijas de la Villa de las Telas, la historia se centra en la Primera Guerra Mundial, vista desde la perspectiva de la vida de las familias alemanas, especialmente los Melzer que ven como los hombres de la familia parten al frente corriendo diferentes suertes.

Esta última entrega, se inicia donde se quedó su predecesora, Paul Melzer ha conseguido volver a casa tras un largo cautiverio en Rusia, desde su partida muchas cosas han cambiado: su padre falleció durante su ausencia; Marie se hizo cargo de la fábrica y consiguió mantenerla a pesar de las dificultades, tiene dos hijos y ya se ocupa de la fábrica que le legó su padre y supone el orgullo de la familia y la razón de toda su fortuna.

Sin embargo, pronto comienzan a aparecer signos de que su relación con Marie no va bien, a pesar de que Marie consigue cumplir su sueño de abrir una tienda de moda, viejos fantasmas relacionados con sus padres vuelven a sus vidas y Marie decide tomar una decisión que lo cambiará todo y continuar como la mujer independiente que siempre ha sido, todo ello ayudada por su cuñada y amiga Kitty.

Como en las dos novelas anteriores, vemos la historia contada desde distintas perspectivas (Paul, Auguste, Kitty, Elizabeth, Marie, Leo y Dodo, estos dos últimos son los hijos de Marie y Paul). Esta última perspectiva es muy llamativa y consigue sacarte una sonrisa al ver el mundo desde los ojos de dos niños de apenas 8 años.

“Lo que necesitaba era un hombre como Bismarck. Un canciller de hierro. 

-¿Qué es un canciller de hierro?-preguntó Dodo. 

-Será algo parecido a un soldadito de plomo”

De entre todos los personajes, mi favorito es Marie, una mujer fuerte que decide enfrentarse a su marido, al que quiere con toda su alma pero que no la entiende. Paul parece convertirse por momentos en lo que siempre odió de su padre, sin darse cuenta. A lo largo de la novela, se cruzan en numerosas ocasiones conversaciones entre ellos en las que Paul trata de hacer cambiar a Marie de parecer (constantemente repite que no se va a dejar manejar por una mujer) y Marie se mantiene firme en su decisión.

Cuando empiezas a leer la trilogía es inevitable asociarlo a Downton Abbey e incluso encontrar paralelismos entre personajes. Sin embargo, conforme vas leyendo ese parecido se acentúa por momentos, pero ya no eres capaz de apreciarlo, la historia te atrapa, quieres saber más y más de los personajes. Un cierre de oro para una trilogía muy entretenida que no puedes parar de leer.