Un relato fascinante. Un hecho real narrado con el trepidante ritmo de una novela. Andrew Leatherbarrow, movido por una insaciable curiosidad, reúne en este libro todos los aspectos para entender qué pasó, qué significó y qué significa hoy en día Chernóbil: los detalles técnicos, explicados con claridad; las historias humanas, a través de las biografías de sus protagonistas y de multitud de detalles que dan voz a las víctimas de Chernóbil; los aspectos políticos y económicos, profundizando sobre cómo fue gestionado el desastre nuclear. El resultado es un viaje al lugar y al tiempo donde todo empezó y todo cambió para siempre.
Reseña
Chernóbil 01:23:40 no es un libro más de ficción a los que estamos acostumbrados. Pocas veces, me he aventurado a leer “no ficción”.
Chernóbil 01:23:40 es un ensayo de Andrew Leatherbarrow un fanático (entendido en el buen sentido) del desastre nuclear ocurrido en 1986 al norte de Ucrania.
Este ensayo se estructura en distintos capítulos muy distintos entre sí: el autor va alternando los hechos históricos y científicos con su propia vivencia, el motivo que lo llevó a aventurarse a viajar hasta la central nuclear y sus sentimientos previos, durante y posteriores a dicha visita.
No puedo decir que desde el primer momento este libro te engancha ya que la primera parte es muy técnica y, aunque trata de explicarlo de forma muy clara y sintetizada, no es fácil mantener la atención. Sin embargo, consigue mantenerte en vilo, al menos a mí, ya que en muy pocas páginas te va explicando toda la evolución de la energía nuclear y los distintos incidentes y/o accidentes nucleares que se han producido (al menos de los que tenemos conocimiento) y cuál ha sido la respuesta de la sociedad limitando su uso o introduciendo medidas de seguridad, sobre todo, mejorando la preparación de los trabajadores de las centrales que en la mayoría de los casos, y al igual que en Chernobil, desconocían los procedimientos de seguridad y los fallos del reactor.
A pesar, del temor que provoca leer los distintos incidentes/accidentes que se han producido (y que podemos suponer que se producirán, el más reciente Fukushima), el autor hace una firme defensa de la energía nuclear como una forma de obtener energía segura (aunque nos sorprenda es la que menos muertes ha provocado), escalable y limpia que existe actualmente.
Superado ese primer capítulo, en el que descubres que se han dado más accidentes de los que tu creías, comienza, en paralelo, la historia de su viaje (actualidad) y el accidente nuclear (pasado). Sobre el accidente nuclear no me voy a detener, ya que en la serie se ilustra bastante bien.
En cuanto a su viaje, nos va narrando (como un fotoperiodista) todo lo que ve, aprecia y siente en cada etapa de su viaje: desde los nervios iniciales, al miedo, al cansancio posterior, todo ello ilustrado con fotografías.
De su viaje dos episodios me llamaron la atención: el primero de ellos, el momento en el que realizan el viaje de ida en tren a la central desde un pueblo cercano en el que se alojan, al entrar en el tren se sienta y descubre en los ojos de las personas que van a trabajar en el desmantelamiento de la central reproche, lo que provoca que a la vuelta decida no sentarse y dejar el asiento a aquellas personas que no van a la central “por gusto”.
El segundo episodio se produce durante su segundo día de viaje, en esta etapa del viaje les permite explorar Pripiat; Andrew se aventura a descubrir los distintos lugares de la ciudad con una parte del grupo pero en un momento dado se queda solo y experimenta (y describe a la perfección) un momento de inmensa angustia: siempre había soñado con ir a Chernóbil y en muchas otras ocasiones se había encontrado solo en edificios abandonados que decía investigar, pero en esta ocasión era distinto y lo embarga una gran angustia de quedarse allí, estar solo en medio de la nada… y lo transmite realmente bien, de nuevo, no sé si se debe a la fascinación que provoca Chernobil al ser humano, a la forma de contarlo, o a ambas.
A pesar de esto a mi me costó algo más leerlo, no por la dificultad, sino más bien por cómo te hace sentir: hasta ahora para mi el accidente de Chernóbil había sido casi una fantasía (a pesar de haber visto documentales, o la serie) que pasó en un momento concreto, pero que después se desvanece y ya no parece un problema, todo continua y Chernóbil se olvida. El accidente de Chernóbil provoca una fascinación extraña en las personas, no podemos dejar de leer y documentarnos sobre el accidente, y, por otro lado, nos provoca una desazón y una preocupación enormes… que nos lleva a continuar leyendo.
No he leído muchos ensayos pero la estructura y temática de este en concreto puede que me guste. Tiene que ser todo un mundo adentrarte en esas calles y estoy segura que el autor lo relata bien. ¡Muchas gracias por tu reseña!
ResponderEliminarNos vemos entre páginas
La vida de mi silencio