Papel y tinta

María Reig  | AUTOR
Suma | EDITORIAL
778 | PÁGINAS

¿De qué serías capaz por cumplir tus sueños? ¿Qué tenía que hacer una mujer para lograr los suyos en la España de principios del siglo xx? Madrid, primeras décadas del siglo pasado. Elisa Montero, aunque de origen humilde, es criada desde niña por su madrina, una adinerada y misteriosa mujer perteneciente a la alta burguesía madrileña. La sensación de no pertenecer a ningún lugar y de cierta rebeldía ante los designios que otros han trazado para ella será algo que marcará su vida. Elisa no solo buscará liberarse de las limitaciones que le imponen su condición de mujer y su posición social para lograr convertirse en periodista, sino que intentará tomar las riendas de su destino y entregarse al verdadero amor. Como testigo, la rabiosa y convulsa actualidad de una España entre guerras que la acompañará en su lucha por conocerse a sí misma y sobreponerse a sus propios prejuicios.

Reseña

Papel y tinta es una novela histórica, ambientada en los años 20 en Madrid. Una historia que nos permite no solo conocer los entresijos de la sociedad y las limitaciones con las que se encuentran las mujeres de la época cuando ambicionan algo más allá de los estereotipos de esposa y madre que se les atribuyen, sino también la convulsión política previa a la II República y cómo afecta al mundo periodístico, así como los cambios que se van produciendo en la capital.

La historia comienza con el viaje de una niña, nuestra protagonista, Elisa Montero, cuando apenas cuenta con 7 años, desde su pueblo natal hasta la capital. Al principio no sabe donde se dirige pues apenas mantiene la consciencia y realiza el viaje dormitando debido a lo débil que se encuentra. Cuando despierta, se encuentra en una mansión que no conoce con una señora que para ella es una desconocida: su madrina, Manuela Montero. Así, da comienzo la historia de Elisa, la vemos crecer y pasar por distintas etapas de su vida (cada una de esas etapas constituye una parte del libro).

A lo largo de la novela, vemos a Elisa crecer atrapada en las normas estrictas de su madrina y sus ansias por convertir en una señorita culta. Elisa descubre que su pasión es el periodismo e intenta por todos los medios convertirse en redactora de un periódico (una pasión que le inculca su madrina, sin querer, al permitirle leer la prensa diaria), sin embargo, todo el mundo a su alrededor (su tía, don Ernesto, dueño de El demócrata de Madrid y gran amigo de su madrina) considera que no es posible que una mujer se dedique al periodismo aunque ella no desiste en sus intenciones tan fácilmente:

“Era justo que me dejasen escribir, publicar, redactar. Pero aquella posibilidad se me escapaba cada vez que intentaba sugerírsela a mi madrina o don Ernesto (dueño de El demócrata de Madrid y amigo de su madrina)”. 

A pesar de esas constantes negativas consigue ser secretaria “voluntaria” en el periódico de don Ernesto, hecho que considera que la acerca a su objetivo…

Conforme va creciendo se van cruzando en su camino personas que tendrán un papel importante a lo largo de la novela, como: Benedetta, su amiga de la infancia; Catalina, su gran amiga y apoyo en lograr sus sueños de ser redactora; don Francisco, un banquero de éxito; u, Olivier Pascal, corresponsal francés destinado en Madrid.

De entre todos estos personajes, mi favorito es Catalina. Se trata de una mujer moderna, culta, que lucha por la igualdad de oportunidades, idealista…pues abre todo un mundo de posibilidades a Elisa que desconocía tras ser educada de una manera estricta por su madrina. Es una mujer que apoya a Elisa en todas sus ilusiones y, en definitiva, la empuja a tomar sus propias decisiones; la protege y apoya en sus momentos más bajos. 

En contraposición a Catalina, nos encontramos con Manuela Montero, madrina de Elisa, este personaje provoca una sensación extraña pues, al igual que le sucede a Elisa, durante todo el libro esperas que exista un buen motivo para el trato que da a su ahijada, una justificación protectora.

El libro te atrapa de manera que no puedes dejar de leer, página tras página, la narración en primera persona hace que empatices rápidamente con Elisa, que te ilusiones cuando se ilusiona, que seas feliz cuando encuentra un atisbo que la acerca a su sueño, que sientas tristeza cuando algo la aleja de ese sueño. A ello también contribuye la detalla  descripción de la ciudad y sus cambios, el reflejo de los acontecimientos históricos que discurren durante los años 20 en España y parte de Europa.

En definitiva, una de esas novelas que devoras tratando de averiguar que sucede con “nuestra” Elisa página a página pero que al a vez no quieres terminar de leer.